sábado, 27 de agosto de 2011

La Construcción de la Catedral

La Construcción de la Catedral
Pocos paisanos recuerdan que la torre de 126 pies de altura de la Iglesia Catedral fue entregada en 1840 luego de dos y más siglos de construcción. Don Luis Felipe Guzmán Achá se refiere a las sesiones del Cabildo de 28 de febrero y 3 de abril de 1619, a las cuales concurrieron el Alguacil Mayor Cristóbal Flores, el Regidor Perpetuo Francisco Arias Angulo, el Fiel Ejecutor Gonzalo Martín Castellón, el Juez Oficial de la Real Hacienda Luis Arcaza y el Cura Vicario Diego Encinas Saavedra para completar de una vez las obras de construcción de la Iglesia Matriz, hoy Catedral Metropolitana de Cochabamba. Fue una sesión crucial porque el Cabildo decidió prescindir del auxilio de la Arquidiócesis o del óbolo de la población y enfrentar el desafío con sus propios recursos, que continuó erogando hasta 1840, muy por encima del presupuesto elaborado por el ingeniero Juan de Canedo, que ascendía a 70 mil pesos ensayados y sellados con la efigie del monarca Felipe III. Sin embargo, Canedo no pudo otorgar fianzas para garantizar su trabajo y éste fue encomendado al ingeniero Domingo del Mazo mediante escritura pública y solemne “que se firmó con todas las símulas y consuetas que en aquellos suspirados tiempos se desleían y repetían envolviendo y remachando a las partes comprometidas como para dejarlas prisioneras y atrancadas sin tener cómo ladearse ni hacer el menor movimiento que importase una retracción o una evasiva”, según el pintoresco estilo de Don Luis Felipe Guzmán Achá.
El ingeniero del Mazo se comprometió a rectificar y reponer los cimientos de la Iglesia y su capilla mayor (más tarde de la Virgen de las Mercedes) con cal, arena y piedra que cubriera hasta la altura de vara y media de su anterior cimiento; cubrir el cuerpo de la Iglesia de bóveda, de arista trabajada en perfección con arcos torales en tres grandes divisiones; construir portada de ladrillo y cal con columnas y ornamentación adecuada al Este (sobre la actual calle Esteban Arze); cubrir con piedra de cantera y cal las bóvedas de la Iglesia principal y de la capilla mayor; abrir siete ventanas alrededor de la bóveda y una de vara y media de ancho y siete tercias de alto para la luz del coro; construir el basamento y las altas cornisas de cedro tallado iguales a las de los templos de San Agustín (hoy Teatro Achá) y San Francisco; construir ocho grandes estribos de cal para sostener el edificio; y cerrar los campanarios y altas cumbres de la torre en forma de aristas perfectas, para “coronar dignamente aquella soberbia obra de rara solidez”.
El costo de las refacciones se cubriría con el por entonces creado “impuesto a la sisa”. Se le pagaría a Del Mazo luego de un informe de peritos. Así quedó sellado el contrato ante el Escribano Juan de Galarza el 3 de abril de 1619.
Hasta 1840, el Cabildo continuaba erogando 1.000 pesos anuales para estos gastos. El proyecto original contemplaba dos hermosas portadas de piedra primorosamente cinceladas, de las cuales sólo se conserva la que da a la actual calle Esteban Arze. La nota no indica por qué no se construyó una portada similar hacia la Plaza 14 de Septiembre.

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