sábado, 27 de agosto de 2011

El humor en el periodismo cochabambino

El humor en el periodismo cochabambino
Fuera de El Heraldo, El Republicano o Arte y Trabajo, medios de venerable memoria, el periodismo cochabambino tuvo una vena satírica que se reflejó en “hojas eventuales” como La Hormiga, Sancho Panza, Don Perico, el Tío Camorra, que numeraba sus entregas en una serie muy original (Paliza Nº…) o Don Pánfilo, el de la pata de palo, para subrayar esa tendencia del periodismo de barricada de “dar palo”, es decir, inclinarse por el libelo infamatorio, ese género literario que es quizá el mejor que haya tenido Bolivia y que merece un estudio especial.
El más antiguo fue LA HORMIGA, el más modosito de esta temible colección. Circuló los años 1846-1847 durante el gobierno de José Ballivián y tuvo por director a Lucas Mendoza de la Tapia. Es el primer medio del que se guarda memoria, y sus propósitos eran instruir y moralizar, imbuir principios religiosos y difundir ideas sobre la democracia y el federalismo.
El año 1876 da cuenta de dos hojas volantes satíricas: La Tijera y Don Perico, que se autocalificaba como “periódico de circunstancias”. Su redactor era un agudo versificador, como muestra el poema “La situación (de 28 de abril), que dice: “Roguemos a Santa Rita / nos haga el gran beneficio / de dar a la Patria juicio / que muy bien lo necesita. / Su esperanza sea bendita / y el bien anhelado alcance / que en este difícil trance / le socorra Santa Rita.”
El poema entero tenía 6 cuartetas.
DON PÁNFILO.- La vena humorística de los cochabambinos tuvo un digno ejemplo en esta hoja volante de 32x23 cm., que circuló en 1883. Se presentaba así: “Don Pánfilo – Ciudadano Modesto y Moderado, / con su gran pata de palo / repartirá ¡Viva Cristo! / palos a todo lo malo / que sus ojos hayan visto. / Tendrá el placer de visitar a sus amigos los días domingos.”
El agudo redactor describía así el escenario político de entonces: “El tiempo calamitoso / y la lucha electoral / que, cual cólera, horroroso, / afligen su capital, / harán que Pánfilo hermoso / se venda… por medio real.” Y advertía: “No se admiten suscripciones / por ser tiempo de elecciones”.
Veamos cómo presentaba a su equipo de periodistas: “Mesa de Redacción. / Cuatro redactores, / buenos gladiadores. / Veintiséis cronistas, / famosos duelistas. / Cien corresponsales,/ tremendos reporters / terror de mujeres.”
Don Pánfilo publicaba jocosos avisos en verso, según esta “Advertencia de la edición”: “Don Pánfilo publica toda clase de avisos y remitidos. Los recibe en prosa y los imprime en verso. Precios convencionales. Dirigirse a la imprenta del Siglo.”
Y daba algunos ejemplos:
“Riquininísimos / y seductores. / Especialmente ofrece / el Kirsch divino / ese néctar que infunde desprecio al vino; / sólo una copa / basta para alegrar / toda la Europa”.
“Sucursal del Club Tunari.- Desde el mes venidero, / una sucursal habrá / frente al Teatro y será / servida con mucho esmero; / allí la gente simpática / con el Kirsch y la cerveza / toda la ciencia dramática. / Vende siempre al contado / porque Faustino Moscoso / detesta al deudor moroso / las “cuentitas” y el “fiado”.
“El señor D. Víctor Crespo / tiene su fotografía, / de noche nunca retrata, / siempre retrata de día. / Cualquiera que vaya allí / ha de ser muy bien tratado / y con cariñoso afán / en el acto retratado. / Tendrá que sentarse un rato / entre el sol y la penumbra / y Víctor le hará el retrato / cobrando lo que acostumbra.”
Los redactores, qué duda cabe, eran liberales, críticos de conservadores y clericales y amigos del progreso.
LA CAMPANA circuló en 1892 y se presentaba como “periódico cáustico, tónico, medicinal, bufón, chillón, sangrador, literario, científico, mercantil, semi-bufo y semi-serio.”
Es delicada aunque en versos cojos la dedicatoria al bello sexo cochabambino: “A vosotras tan divinas / en gracia y hermosura, / almas llenas de ternura, / hermosas cochabambinas. / No tendréis bellos antojos / de servirme como báculo, / alumbrando el espectáculo / con la lumbre de vuestros ojos? / Pues, no seáis egoístas, / venid hermosas del alma, / vuestro aplauso es la palma / que da gloria a los artistas.”
EL TÍO CAMORRA.- La dura contienda entre conservadores y liberales inspiró esta memorable publicación, del cual citamos el número titulado “Paliza Nº 4”, anticlerical, anticonservador, crítico de El Heraldo y El Fusionista, órganos oficialistas y amigo del Tata Pando. Lo publicaba don José María Aguirre y se presentaba como una “publicación cáustica y picante / que vapuleará a todo petulante.”
El citado número tiene la siguiente cuarteta: “Publicación semanal / juguetona y picaresca / camorrista sin igual / que se complace en la gresca.” Una sección permanente se llamaba “Zurriagazos” y registra los siguientes versos: “El Patriota cumple bien su misión de enaltecer al amo; / pero lo hace de tal modo que da gusto… / El Patriota es muy astuto, / asegura muy tunante: / que don Severo es diamante; / añaden otros: “en bruto”. El Heraldo veterano / miente y adula por diez; / es un necio casquivano / a pesar de su vejez.” Don Severo (Fernández Alonso) era por entonces Vicepresidente y luego asumiría la Presidencia de la República. El Tío Camorra llegó a publicar su “Paliza Nº 21” y se perdió hasta abril de 1900, esta vez animada por personalidades propuestas para Senadores (Julio Rodríguez y Luis Felipe Guzmán) y Diputados (Rafael urquidi, Miguel Velasco, Daniel Salamanca y Jorge Galindo).
Como siempre, critica a clericales y conservadores, que presenta como lechuzas electorales seguidos por Juan Pueblo, liberal garrote en mano, que trata de ahuyentarlas. La parodia del poema de Bécquer es digna de citarse: “Parodia. / Volverán los oscuros candidatos / con dineros ajenos a luchar / y otra vez en el templo por el clero / tal vez predicarán; / pero aquellos que cándidos creyeron / el gobierno de Pando derrocar, / aquellos que aprehendieron dos partidos / esos… no volverán! / Volverán esos necios federales / el dinero de calzón a gastar, / y otra vez olvidando a las rotas / tal vez han de gritar. / Pero aquellos cuajados de miseria / cuyas manos mirábamos temblar, / aquellos de mirada independiente / esos… no volverán! / Volverán en la casa de la Hipola / las palabras de súplica a sonar; / la sotana de un pobre canalla / tal vez no arrastrarán; / pero necio, cobarde y menguado / como macho de carga y montar / como has sido incoloro indefinido / así no te querrán!”.
FRAY DIEGO.- La ofensiva liberal puso en palestra a Mariano Baptista Caserta, mago de la palabra e ideólogo del Partido Conservador que tuvo, aparte de él, tres Presidentes: Aniceto Arce, Gregorio Pacheco y Severo Fernández Alonso, quien tuvo que encarar la revolución federal y el traslado de la sede del gobierno a La Paz, cuando un movimiento encabezado por su jefe de la casa militar, José Manuel Pando, derrotó al Ejército Constitucional. Mariano Baptista atrajo los ataques de Fran Diego, que publicaron una caricatura titulada “Los dos Marianos”, uno, Melgarejo, y el otro, Baptista; uno vestido de general y el otro de monaguillo; uno que decía “Yo soy el tirano franco” y el otro: “Y yo… disimulado”.
FRAY JOSÉ.- Se publicó en 1897 y se presentaba como “Diario anarquista, revolucionario, épico, lírico, poético, purgatorio de los padres y paraíso de las bellísimas niñas cochabambinas.”
EL TIRIFILO.- En esos años turbulentos que ya anunciaban la Ley de Radicatoria y el estallido de la Revolución Federal (conservadores vs. Liberales), El Tirifilo se presentaba con esta cuarteta: “Lo redacta Tirifilo / y lo edita San Antonio / es el infierno su asilo / y lo reparte el demonio.”
SANCHO PANZA.- Nació el 1º de septiembre de 1899 en contra de la iniciativa de dos ciudadanos de apellido Aldunate y Gutiérrez, los cuales pidieron que el Sur del país se anexe a Chile a raíz del triunfo de los paceños en la Revolución Federal.
LA DINAMITA.- Nació en 1908 como órgano antiliberal, que propugnaba la candidatura de Eufronio Viscarra a la Vicepresidencia.
SARGENTO QUIÑONES.- nació en 1915; se publicaba en la Imprenta “La Libertad”, era antiliberal y enemigo declarado de don José Carrasco. Tenía una sección de nombre memorable: “Ataco los jueves”. Poco más se conoce sobre su contenido, aunque divierte su nombre.
POSDATA.- Hemos extractado estos valiosos datos del libro “Historia del Periodismo Boliviano”, de Eduardo Ocampo Moscoso, el inolvidable escritor orureño radicado en Cochabamba, cuyo centenario se conmemoró el año pasado. Fue una lástima que concursara en 1943, cuando Carlos Montenegro había presentado su “Nacionalismo y Coloniaje”, que ganó el primer premio. El segundo le correspondió a Gustavo Adolfo Otero y el tercero a Ocampo Moscoso. Sin embargo, no encontraremos examen más completo y escrito con criterio agudo y estilo terso como este libro que reseñamos.
El periodismo satírico tuvo quizá mayores auspicios en Sucre y en La Paz. Es posible que haya habido otros medios impresos del género, pero el único y digno sucesor de este linaje ilustre fue “Viernes de Soltero”, publicado en este matutino en el período 1985-1989.

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